Tuve esa pesadilla por primera vez a los cinco años, desde entonces odio la oscuridad, odio dormir sola, aprieto los ojos lo más fuerte que puedo, como si eso me salvara de aquellos ojos negros que me miran fijamente, estamos tan cerca el uno del otro que puedo notar su calor corporal, me miran con ira, siento que quiere hacerme algo malo, pero no es real, no puede tocarme ni cogerme, me retumba el corazón en la cabeza, mi respiración se para , se me paraliza el cuerpo de puro terror.
Pero esta vez es diferente, esta vez al despertar, esos ojos negros me miran llenos de ira, lo tengo justo delante y no hay forma de escapar.
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